La muchacha

La radio se enciende y una canción a la mitad comienza a sonar rompiendo el silencio del dormitorio. La muchacha abre los ojos de inmediato. Nunca se queda dormida a pesar de que cada dia se siente mas cansada. Se levanta. La falta de maquillaje y el cabello desordenado no pueden opacar su belleza.

Sale de su cuarto y entra al baño. Se mira al espejo. Se desnuda y entra a la ducha. Mientras pasa el jabón por su cuerpo nota unos pequeños moretones en su piel. No les hace caso. Está acostumbrada. Unos minutos despues se está poniendo sus medias panties oscuras, su minifalda azul y su blusa blanca. Termina de colocarse su atuendo poniendose su corbata azul y su saquito, tambien azul. Es una lástima que no le guste el azul. Pero todo sea por estudiar.

Llega a la mesa de la cocina y ahi está su amor Pedro tomando su desayuno. El tambien tiene su uniforme. Como siempre su mamá la ha ayudado levantando y vistiendo a Pedrito. Ella lo ve tan tranquilito comiendo su pan y con los ojos perdidos en el horizonte y siente que su corazon va a estallar de amor. Le da un beso a su hijo y a su madre y sale para el instituto.

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- Ha sido horrible ese examen, no?
- Si, ha estado dificil. Y no tuve mucho tiempo para estudiar.
- Me imagino amiga. Ser madre soltera no debe ser facil. Pero Pedrito es un niño muy bueno
- Si, solo verlo me da fuerzas para seguir adelante. Todo lo hago por él.
- Si, pronto ya seremos secretarias...
- ...de una empresa muy importante...
- ... y nos casaremos con el jefe! Jajaja
- Jajaja
- Pero solo si esta guapo! Jajaja
- Jajaja. Ay amiga, tu me haces reir. Uy, ahi está mi carro. Ya me voy. Nos vemos mañana
- Chau amiga, cuidate

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La muchacha no ha terminado de estudiar pero ya no tiene tiempo. Debe ir a trabajar, aunque no quisiera. Ya ha dejado de lamentarse por tener que hacerlo. Acomoda sus libros y su cuaderno y va a su cuarto a cambiarse. Antes de salir le dice a Pedrito que obedezca a la abuela y que se duerma temprano. El como siempre, dice que lo hará. Sale. La calle le hace recordar que ya es verano. Cuando era niña le gustaba el verano. Ahora el calor la sofoca. La vida, por momentos, tambien.

Jaime, su taxista, está enfermo así que debe tomar otro taxi. Ve uno vacío y lo para, acuerdan el precio y sube al asiento posterior. Cuando están por llegar a su destino el taxista le dice que si no tiene para pagarle en efectivo le puede pagar de otra manera. La muchacha se molesta pero no le dice nada. Ha aprendido a callar. Solo le paga. Baja del taxi y entra al local. La gente de seguridad y de boletería la saluda. Saluda a las otras chicas que ya están trabajando. Algunas se quedan dos turnos. Percibe las miradas de los hombres, como todos los dias. Ya no les hace caso. En poco tiempo ha aprendido que es mejor no prestar atención a ciertas cosas.

Abre la puerta que le corresponde, deja sus cosas en el piso y cierra la puerta. Se quita el polo y tambien el jean. Se mira al espejo. Lleva un sosten y una tanga celestes. Su cuerpo es muy bonito. Y eso que no se ha operado. Vuelve a notar los moretones. Los trata de ignorar. Se retoca rapidamente el maquillaje y se vuelve a echar perfume. El calor del cuarto la incomoda. Es muy pequeño. Con las justas entra la cama y no hay ventanas. Por eso no le gusta el verano. Respira profundo. Ensaya una sonrisa frente al espejo. Abre la puerta.

Es hora de trabajar.